Los niños que se mueren y los niños que matan

Esta es la realidad de un garabato hecho pais. Un garabato que ni a dibujo animado llega. Garabato con Presidente que es Virrey de la Colonia del tio Sam, Poder Judicial donde el peso de la billetera manda y un legislativo que es un mercado negro de conciencias. Garabato de medios de prensa que pasan de unas manos a otras para seguir desinformando con impunidad y, en unas manos o en otras, para tenernos llenos de mierda la mente, para que vayamos más preocupados por la novela de Televisa de las 8 que de la pesadilla en la que vivimos. Prensa alienante con enlatados yankees para admirar su modo de vida sin sentido y caminar sin rumbo al abismo de lo cotidiano.

Y en ese garabato llamado Perú, en esa copia del infierno llamado Perú hay niños que se mueren y niños que matan. Se mueren en heladas en la sierra no por el frio sino por la pobreza. Al llegar el frio se instalan en sus chozas con calor de heladera, desnutridos todos, con los gérmenes y los virus, bañados con el humo de la cocina a leña y se trasmiten miradas tristes mientras se inoculan mutuamente la enfermedad, en sus cuerpitos sin defenzas. Y para eso la mejor respuesta del Gobierno es mandar chompitas y frazadas y sólo por la ocasión llevar de última hora vacunas que en cuerpos malnutridos harán poco por paliar la desgracia. Y pasado el frío nos vemos hasta la próxima helada, y los próximos muertos, y ya no salen las campañas pidiendo ropita y frazadas, ni salen cantantes y futbolistas entonando la canción llamando a la caridad del pueblo humilde, mientras el estado se sale con la suya.

Hay niños que se mueren en los alrededores de las minas con los pulmones pintados de plomo, la vías respiratodias destrozadas, el pecho asmático y la sangre con uranio. En ese cortejo fúnebre que es la vida de los niños más pobres en el Perú, los acompañan sus colegas que se matan como esclavos en algunos ríos de la selva donde recogen oro y que de esperanza de vida no llegan ni a los 40 años. Como los niños que trabajan en las ladrilleras a las afueras de Lima. Estos niños más que morirse se matan. Como se matan las niñas que trabajan en la prostitución en el centro de Lima a vista y paciencia de las autoridades que solo tratan de esconderlas de los turistas, pero que las encontramos publicitando su quehacer hasta en los diarios más serios de Lima. Niñas que sufren el maltrato de esta sociedad que engendra a los que se aprovechan de su inocencia y trafican con su cuerpos hasta que son inservibles para el negocio y las botan enfermas o muertas.

Y hay niños que se matan con la carita tapada de bolsas con terocal y que luego matan a cualquiera que en el camino se le cruce para quitarle lo que sea.

Y la prensa es tan cómplice de esta situacion, porque cuando salen los padres de los que mueren en heladas, les dicen que son terroristas que quieren tumbar al pais inventandose una situación que no existe. Claro y luego se lavan la cara pidiendo ayuda para la zona y las víctimas previa nota periodística. Y que cuando los expertos piden un seguro universal para todos los peruanos, para no hacer mendigar por ayuda a niños en silla de ruedas o con cáncer o con cualquier otra enfermedad, los acusan de comunistas como si eso fuera un insulto; mientras en Palacio de Gobierno hacen tranzas con las transnacionales farmaceuticas para subir el costo de los remedios y rematar la salud pública a los amigotes de El Padrino que nos gobierna y hacerse otro faenón corrupto y asesino, mientras de manera interminable se mueren los niños en las salas de emergencia si tienen suerte de vivir cerca de un hospital o se mueren anónimamente en cualquier lugar del Perú.

Y están los niños que matan. Que se meten o los meten a soldados del ejército para matar a los que se opongan a los designios de los que hacen de este pais de nuestro pais el charco de sangre de gente que se opone a que esta via crucis continúe. Y están los que acabamos de ver enrolados en fuerzas del Camarada José que le disparan a los arriba descritos. Y aqui la prensa juega su doble moral. Cuando se constata lo que todos sabemos, que el Estado recluta niños de las zonas más alejadas para volverlos máquinas de matar a cambio de comida y dónde dormir, nos quieren hacer creer que eso es algo aislado y tapan con cualquier cosa toda investigacion que busque responsables, aunque siga pasando en frente de todos. Pero si hay que quemar el VRAE y convertir en mártires de sus negocios a estos niños a quienes se puede explotar por rating para luego olvidarlos, lo hacen.

Porque para la burguesía en todos sus niveles y a la prensa en particular los derechos de los menores se celebran unicamente en el día del niño que se celebra en Mc Donalds y sus muñequitos que vender y generarle una obligacion a los bolsillos de los pobres padres y una alienacion indescriptible a los niños, como preparándolos para Ripley y sus tarjetas.

Los niños en esta etapa de explotación burguesa tambien son fuente de negocio para los de arriba y para nosotros ver su situación nos debe inflamar el espíritu revolucionario hasta conquistar la sociedad sin explotados ni explotadores, porque esta situación no se revuelve repartiendo migajas, esta situación la resuelve la revolución socialista .

Hasta la victoria, siempre,

GUILLERMO BERMEJO ROJAS